i08 NavidadCuando mencionaron que la posada de los empleados no sería en la oficina; todo imaginé menos un bar.

Las escarchas, renos, luces y todo lo relacionado a las fiestas decembrinas decoraban y hacían más llamativo el lugar. Realmente era una algarabía. Por lo que decidí unirme a mis compañeros de trabajo. Julián uno de mis amigos, me ofreció un tequila. De pronto algo agudizó mis sentidos, y el calor provocado por la bebida, se intensificó al grado de quemar mi piel, metafóricamente. Era una reacción habitual cuando estaba cerca de Damián. Mi piel se erizaba de principio a fin, y mi vulva se estremecía. No era guapo, pero tenía un "algo" que hacía brotar mi lujuria. A pesar de todo lo que se escuchaba de él; sentía una terrible atracción. No sé si tenía noción de lo que me provocaba. Pero, siempre me dirigía una sonrisa; dándome a entender que podía sentir mi coño humedecido y se complacía de lograrlo sin tocarme.

i07 MascotaSe acercaba navidad , la época mágica donde los sueños se hacen realidad y donde angela soñaba con una mascota pero era alérgica a los perros , de pequeña siempre quiso una mascota , quiso incluso adoptar un perrito de la calle pero jamas pudo llevarlo a su casa ya que de inmediato su madre o lo corría o lo daba en adopción , a Angela jamas le falto nada tuvo todo en la vida , sus padres tenían una gran empresa que les generaba muchas ganancias , y estuvo en las mejores escuelas ,a sus 23 años termino su carrera de medico veterinario , al terminar era una tortura por su alergia pero su amor por los animales lo podía todo , a pesar que ella no necesitaba trabajar y mucho menos estudiar decidir abrir su propia clínica veterinaria donde ella era obviamente la jefa y a su cargo tenia varios amigos suyos médicos , realmente les iba muy bien era en ese entonces noviembre se acercaba navidad y no tenia pareja generalmente le chocaba el hecho de que la mayoría de sus novios eran unos patanes que solo jugaban con ella y la buscaban por dinero , ella sola creció su propia empresa y sus padres estaban orgullosos de ella sin embargo Angela tenia un gusto especial , le gustaba el hecho de la dominación se pudo dar tal vez porque tuvo todo en la vida y con solo ordenar tenia todo , en realidad no sabemos a ciencia cierta , Angela acostumbraba a ver paginas eroticas pero un día se topo con una que le llamo la atención una pagina donde mostraba chicas siendo domadas como caballos y chicas siendo perros amaestrados , a ella le emociono tanto la idea que paso toda la noche bajando información , pagando para acceder en fin parecía una niña cojuguete nuevo .

i05 EN NAVIDADPilar, día 23 de Diciembre, víspera de Navidad. Me levanté temprano Mis hijos Juana y Luciano de 4 y 5 años duermen en el piso de arriba.

Mi esposo Carlos, 25 años mayor que yo, padece un cáncer de próstata y toma medicación hormonal, que le impedía tener erecciones. No recuerdo, cuando me penetró la última vez, y me deseo se incrementa día a día….

En la soledad de la mañana, me masturbé. Me calmé, pero quedé insatisfecha. Preparé el desayuno, y los desperté.

Los niños, estaban muy ilusionados en ver a Papá Noel, que estaba en Alparamis, a 65 kilometros de nuestra residencia. Partieron eufóricos a las 10.

Aprovecharían en visitar a la abuela paterna, que vive en Buenos Aires, a unos 15 km de Alparamis. Carlos me besó la mejilla.

Pensé, que sería un buen momento para mí, para comprar los regalos del día siguiente. Subí al auto, estacionado en mi garaje, y no arrancó, por más que insistí.

Llamé al auxilio, y a los pocos minutos, apareció un joven apuesto, que me impactó de inmediato. Me ruboricé, y el, cándidamente, mirándome a los ojos, me preguntó cuál era el problema. Creo que temblé.

Luego de casi media horade trabajar en el motor, tiempo que aproveché para hacerme mis ratones, el auto arrancó. Sus manos negras, contrastaban con su piel clara. ¿Dónde me puedo lavar?, me preguntó con una amplia sonrisa.

CUENTO GANADOR DEL PRIMER LUGAR DEL JURADO SIBARIS 2018

No hay felicidad o dolor que sean sólo físicos, siempre intervienen el pasado, las circunstancias y otros hechos de la conciencia.

—Jorge Luis Borges (Atlas)

i06Fuete“Tu padre siempre me azotaba con el mismo fuete que tu abuelo usaba para pegarle a los caballos y a los puercos”, me contó mi madre el día que, con llanto en los ojos, me pidió perdón por la forma en que me había educado: un rato a fuetazos y otro rato a mimos y caricias. Esa fue la única forma en que aprendimos a amar y a dar amor las mujeres de toda mi familia.

Esa plática tuvo lugar un día como hoy, nunca lo olvidaré, unas horas antes de la tradicional reunión navideña, cuando mi madre y yo dábamos los últimos toques a la cena; sólo que aquella vez no estaba con el culo al aire, ansiosa de recibir el primer latigazo. Lo que recuerdo es que ese día fue la última vez que le di importancia a estas fechas, ahora tan carentes de sentido para mí, si es que alguna vez lo tuvieron.

Mi abuelo era un bruto de campo acostumbrado a tratar a golpes a los animales; y como por aquellas épocas una mujer, según la salvaje lógica del viejo, no se diferenciaba demasiado de un animal, bien podía recibir el mismo trato. Naty, mi abuela, era la mejor en todo el pueblo para ordeñar vacas, echar tortillas, peinar trenzas, contar cuentos… Y, ante el silbido que cortada el aire del fuete de aquel diablo, era la más rápida y la más pulcra para tener limpia la casa, servir la cena, atender al hombre; era sumisa. Aunque esto último acaso fuera involuntario. Ahora, aquí, mientras libremente me declaro sumisa y siento cómo el aire frío de diciembre congela mis nalgas, lo cual seguro hará más doloroso el golpe, imagino cómo sería Naty en las lides amorosas; y cómo sería ese viejo cerdo. Los imagino desnudos, desnudos y tal vez tristes, en la oscuridad, o tal vez apenas iluminados por el titilar de una vela. Aquel hombre endurecido por el campo y, sobre todo, por la educación de su padre y éste de su padre… aquel hombre llegaba desnudo a la cama de mi abuela, despojado de sus ropas sucias, de su ego, de su voz fuerte, de su fuete. Tal vez y sólo tal vez en ese instante mi abuelo se sintiera débil, inocente, perdido, acorralado frente a las piernas abiertas, abiertas y fuertes, de mi abuela. Y al otro día lo mismo: las ordenes del cabrón, el ensordecedor llanto de los cerdos, el relincho de los caballos, el miedo condicionado de Naty.

i04 lucesMiró de nueva cuenta su lista, ya había conseguido casi todo lo que necesitaba para la cena de navidad, quería ver qué era lo que faltaba, aunque lo tenía claro: las luces.

Las malditas luces rojas, llevaba 3 días buscando una serie de luces navideñas, quería que fueran unas especiales, no las típicas luces tradicionales, quería unas luces LED color rojo, no se quitaba de la cabeza imaginar su arbolito en medio de su sala blanca brillando en la oscuridad en fulgor carmesí.

Había encontrado series navideñas de todos los colores, tamaños, y tipos, pero parecía que efectivamente, las de color rojo que ella quería, estaban agotadas, ya había caminado toda la mañana buscándolas y se comenzaba a desesperar, así que había optado por estar viendo y comprado algunas otras cosas, había entrado a una tienda donde se vendía lencería, su mirada se había clavado en un maniquí color negro qué hacía resaltar aún más el rojo de un hermoso baby-doll, obsesionada con las luces rojas no le quitaba la mirada, técnicamente se había enamorado de él.

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