i03TransgrecionPrimer acto.

Percibimos un plano bastante ajeno a lo real, muchas veces esconden secretos frente a nosotros, “como si pareciera”, un juego pensado para entes no críticos, olvidan que muchos de nosotros somos violentos, que gozamos con quebrantar, aprendimos que se Goza porque se descubre que se puede Gozar y así nos entregamos al Tiempo y Vida del Mictlán; abraza a la muerte.

Uno reconociéndose como es, con la locura que le abraza, se dará cuenta de que al final de todo tiene un hogar, una bandera, una lucha, pero no todos los caminos son de libre acceso, unos piden sangre por coste de cuota, otros cobran con una fragmentación tan áspera, ácida, irónica, vomitiva y llena de úlceras, que es impensable el dilucidar que algún día, si nuestra batalla es finalizada con un brindis y una danza de fluidos y rasguños, amaremos el camino, la mierda, la sangre y la vida derramada en esa enmienda.

-Irónico el concepto de tiempo, ente indomable que fija tendencias suicidas a quienes osan querer domarlo; absoluto, caprichoso, pero no por ello inentendible, sólo, hay que aprender a escuchar.

Cierro la puerta del auto,- ¿Comprendes?
Ella asiente con la cabeza, analizo lentamente a esta puta mientras llegamos al Recinto, ella me puntúa que la nevada ha estado muy agitada, seguido de ello fijo mi mirada en el conductor por el espejo retrovisor, al chocar con ella, lo guio a las tetas de mi putilla, vislumbró sus pezones marcados.

Tomé sus muñecas y las posé sobre la ventana cercana, le quité el cabello de la espalda, rebajando el abrigo, descubriendo su escote; sutil, casi infantil. Acerque mi nariz lentamente del centro de su espalda hasta perderme en su nuca, percibí su perfume aflorado, me hace visualizarla como una maldita ninfa.

–Quieta.

Le puse aquel bello collar con la placa tatuada con su nombre. La tomé del cuello y la giré lentamente hacia mí, mordí su hombro y le pedí que me mostrara su vulva; ella de forma natural, fluida, giró hacia mí y abrió sus piernas, saqué el estuche del interior de mi gabardina, contiene aquellas pequeñas esferas diabólicas y platinadas. Se las introduje de forma lenta, observando cada mueca, cada gemido ahogado, cada contracción que le hacía despegar el culo del asiento, bendita Vulva, Diosa y Peste de la humanidad.

Llegamos al destino, bajamos del vehículo, me emparejo a ella, curvo mi brazo, toma de él, nos adentramos al recinto.

 Acto Dos

Es necesario adquirir conocimientos nuevos, puntos de percepciones distintas y contradictorias, es necesario abrazar y amar a la muerte, como es necesario tomar de la mano a la vida y pelearte con ella. Es necesario habitar el espacio y lo sagrado, y darle a la falta un lugar donde depositar el vacío y la nada. Es necesario transgredir y violentar como lo es el amar y erotizar. Es necesario reconocer la locura para llegar a un acuerdo con la locura.

“Evento especial conmemorando Navidad”, seguro decía más cosas, el objetivo era igual de banal que su pretexto y recurso, de igual forma, la ignorancia funge como Verdugo para todos.

Nuestros asientos están en la fila G15 y G16, teatro con rasgos coloniales, de un foro de no más de 2,000 personas, relativamente pequeño, privado, limitante, casi sensual. Ahora que dejó su abrigo encargado, no tiene barrera alguna más que aquel traje de duende entallado y las cuerdas que le abrazan su torso y presionan su vulva; ella me pregunta el cuánto durará la obra.

–una eternidad para algunos, un martirio para otros, incluso se puede percibir como paz y para algunos más, será como una confesión.

Podía ver que las esferas y las cuerdas estaban presentes, sus muslos se presionaban entre sí, sus rodillas jugaban de un lado a otro serpenteando y su respiración comenzaba a ser más profunda y enfocada. Le acaricié la comisura de su boca y bajé mi dedo hasta entre sus tetas, elección pertinente la de unos aretes con plumas, botas altas, hermosa y Sátira; elegante opción, ha puesto atención a mis gustos particulares.

Comenzó la obra, aborda el escenario un Vocero de historias a base de silencios y vibraciones, se sienta frente a su piano de cola larga, visualicé cómo suspiraba abruptamente y comenzó la obra, un momento absoluto y ensordecedor. Muchos no sabían que pasaba, el músico no estaba ejecutando ninguna nota en el piano, sólo se quedaba sentado y visualizando sus partituras, cuando espontáneamente el recinto quedó a cargo del inconsciente, guturales ahogados y disfrazados de quejidos con la garganta, el sonido ejercido por el cuerpo sobre los asientos, el propio latido de la multitud. Entre todos esos sonidos, comenzaba a resaltar la respiración agitada de la puta que senté a mi lado.

Terminó el acto primero, aquella Zorra mía, volteó a verme con cara de angustia, no sabe ni qué está viendo ni cuánto va a durar, se da cuenta de que sus gemidos no tardan en dar fuga, corrige en varias ocasiones su postura, he de confesar que hasta ese momento seguía puntuando su buen comportamiento y manejo de la situación; eso debía ponerse a prueba. Llevé mi mano suavemente por sus muslos, como si flotase suspendida con una trayectoria silenciosa pero amenazante, meto la palma entre sus muslos y al abrirla los separo uno del otro, la miro a los ojos de forma sobria, tranquila, y comienzo a acariciar su clítoris, para, con la otra mano, sacar de mi camisa una navaja sutil, marcar con una “X” su muslo, sangre seductora, ¡elixir!. Logró la compostura aún con esto.

Estamos en el tercer acto, el final, ella no lo sabe y está comenzando a desintegrar su mente del lugar, está acariciando el inicio del trance. La gente aledaña comienza a percatarse de los movimientos ansiosos de mi puta, comienza la señalización y la distracción de la obra, el performance no tiene vuelta atrás, ya inició. Entramos a la etapa de lucha entre cordura y locura, está entrando a la ZONA, escena perfecta, divergente, revolucionaria y efervescente, taciturna y embriagadora dentro de la mente; y ella sólo pregunta en susurros acribillados,--

-¿porqué?

Bella aparición Socrática, porque John Cage, lo supo, lo concretó en 4´33´´; superar el Ego, la nada sólo es una expresión más de la realidad, por ende, no es sinónimo de ausencia, “La nada es aquello que se distingue de todo ente y que llamamos ser”, en palabras de Heidegger. Ella está en la muralla de la explosión Neurótica, le estoy brindando la visión de Lectura Nihilista a la vida, la quebranto…

Han pasado ya los punzocortantes 4´33´´, retiro mi mano de su vulva, la acerco ceremonialmente a mi nariz, olfateo, profanación de lo sagrado, no hay nada más sensual que el manchar a lo bello, corromperlo, mearlo. Ahora sólo hay que ver si surtió efecto.

Erecto, visualiza, amenaza.

Su mirada, avergonzada; su sonrisa, en el orden del Kika-Poo; su paranoia, alerta; sus fluidos, invocados y presentes.

Salimos del recinto, veo en su caminar que ya comenzó a costarle mantener el porte, la nevada se ha ausentado, sólo quedan rastros sobre los objetos y el vaho expulsado de las voces.

Comienza a salivar y no se da cuenta, hay una mutación en su actuar, rasgos sutiles que se presentan cuando se le da cadena suelta a la Bestia y cae en cuenta de ello; pido un Taxi para que nos lleve al lugar póstumo, cierre de cátedra.

- Llévenos al Cementerio General.

Llegamos, atravesamos el cerco, caminamos 4´33´´ a partir de la puerta hacia el centro; una capilla, candado oxidado, una pala tomada del costado de un pino cliché; tenemos un lugar resguardado por copos.
De su bolso, saqué los regalos que amanecieron bajo el árbol esta mañana, en total son unas esposas, la cuerda que trae sobre su torso, las esferas, una fusta y mi verga erecta.
Las esposas abrazando sus muñecas; con la cuerda, las sujeto al marco de la ventana. Verifico las esferas, le paro el culo y de forma satírica que pareciese coreografiada con Beethoven de fondo, comienzo a flagelarle; no sin antes percibir lo frio de su piel.

Su tarea, no emitir ningún sonido

Está decayendo pero aún lucha, el cuero pinta de rojo; son pinceladas violentas, llenas de vida, apestando a muerte. Su espalda se arqueó a la par de dejarse caer abruptamente y comenzar a suspenderse sin resistencia alguna; me acerco a susurrarle si abandonará la cátedra, ella, como Diosa y Peste, para el culo y me implora profanación.

Con su pie acaricia mi pantorrilla y con su poto frota mi verga, no creo que aguante más azotes, por lo que sé que es hora de culminar esta danza.

Bañados en los rayos pútridos roji-verdes que atraviesan aquél vitral destrozado, acaricio sus tetas, las palmeo y dejo que jueguen post-inercia, comienza a fonetizar sus gemidos a nombre de Na-Na, es hora de depositar lo Sagrado en lo Sagrado para después arremeter y violar, escupo entre sus nalgas, escarcha que dicta orden de guerra, hago reconocimiento bélico del enemigo, su orto, sus arcas de guerra, paso mi mano sobre su muslo y percibo la sangre seca, mi marca-mi puta, no será una Bonne Nuit a la Carion entre trincheras, aquí no hay cese al fuego. Surge una sonrisa burlona, está presente, el Nahual ha sido invocado y quiere su sacrificio. Espectro jadeante, bañado en intestinos de sus víctimas, así es el Amo cuando entra en la ZONA.

Me acerco abruptamente a su cuello y cabeza; la razón fue empalada. Olfateo, le hace falta el aroma de mi semen como perfume, fijo mi mirada en sus nalgas, vuelvo a escupir pero ahora de forma viciosa, ansiosa, hambrienta. Tomo mi verga y la azoto contra su espalda baja, abro sus nalgas y perforo, sin piedad, de forma latente y punzante, amo el olor a mierda que fluctúa en el ambiente, sus gritos, sus gemidos ceden, no pudo más, mis garras perforando su torso y mi verga invadiéndola. Se escucha el azote de las cuerdas al jugar en el marco, el tronar de la piel, acompañados de la sinfonía que nos recibió en tierra maldita, 4´33´´ interpretada por músicos innatos, cadáveres, expectantes del cómo floreo a mi Sumisa, todos en Tempo. Un performance perfectamente ejecutado.

Da el Grito de fuga, quito las esposas, descubro totalmente sus tetas, la arrodillo y vierto la Última Cena en su boca y pecho.

Acto Tres

Uno, aprende, que el dolor, es éxtasis, que somos seres angustiados por el futuro y frustrados por el pasado, ¿en dónde quedó esa medida faltante del tiempo?

No percibimos que, el tiempo, sólo es muerte, goce, juego y nada más.

Recobró la conciencia en su totalidad ya camino a casa, recostada sobre mi regazo y cubierta con mi gabardina, se reincorpora y cae en cuenta de lo que acontece, vamos camino a una reunión familiar, cena. Empieza el nerviosismo, va recién follada, con el paladar bañado de semen y extasiada, con la vulva implorando más atención. Le acaricio suavemente del rostro para decirle: -es hora de asistir a otro ritual y transgredirlo de nueva forma, lo resinificaremos a su antecedente, una orgía pagana que fue profanada por Católicos. Hoy haremos por embriagarlos de seducción, de deseo. Tú serás mi enlace a su perverso, conversarás con amigas y hermanas sobre lo acontecido hoy, fantasearán y envidiarán. Seguido, lo comentarás con los amigos y hermanos que caerán en razón del deseo latente y flotante en el ambiente, por lo que decidirán tomar partido con sus respectivas parejas; violencia, caos, una hermosa familia Serbia citaría yo. Hoy será una cena en familia, conoceremos quienes son en verdad, qué mejor motivo de reunión, intercambio de abrazos bañados en secretos, por, jadeos sinceros y deseosos, está sucediendo.

- Hemos llegado Zorra mía. Es hora de culminar el Performance y poner en práctica la cátedra, quebremos su consumo vacío, maldita duende, hagamos que eyaculen compulsivamente sangre y bailen desnudas alrededor del pesebre y del niño derretido cobijado bajo fuego.

Por Xolotl-Báltazar

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